viernes, 19 de marzo de 2010

Pecho Castro: También lucha fuera del ring

Esta nota fue publicada en El Barrio.http://elbarriolarevista.blogspot.com/2010/03/pecho-castro-el-ali-dominicano-tambien.html

Por: Sijo Rosario

(sijo.rosario@gmail.com)

Cada día pulula por las calles e instalaciones deportivas del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte una figura encorvada, mal tratada por la vida y olvidada por la fama.

Jesús –Pecho- Castro, dueño de un pedazo de la historia del boxeo dominicano en la década de los `70. El carismático boxeador nativo de Villa Duarte, en su apogeo deportivo llevó a multitudes de fanáticos al Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto, sin embargo, hoy se enfrenta solo a una enfermedad degenerativa, como lo es el mal de Parkinson.

Estoy jodido, esta enfermedad me está matando y sin dinero para los medicamentos” manifestó Pecho Castro, mientras degustaba el almuerzo que cada día recibe en el comedor para atletas de alto rendimiento en el Centro Olímpico.

En los años ´70 el peculiar y novedoso estilo boxístico de Muhamad Alí se expandió por todo el mundo, rápidos movimientos de mano y de piernas, desplazamiento por todo el cuadrilátero acompañado de insultos verbales y mímicos a su oponente con el objetivo de amedrentarlo psicológicamente.

El estilo del monarca de los pesos pesados fue imitado por los noveles boxeadores de la época en todo el mundo. Castro fue bautizado como el Alí dominicano, o como el parlanchín. Fue considerado por la crónica y el público como la réplica más acabada de Ali. Hoy, el pugilista dominicano padece la misma enfermedad que afecta a su ídolo, el mal de Parkinson

La doctora Anyely García, al hablarnos del mal de Parkinson lo define de esta forma.“Una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central producida por la degeneración celular de la sustancia negra del mesencéfalo y la disfunción de los circuitos neutrales relacionados con el control de los movimientos corporales”.

Hoy Pecho vive de la caridad y de los recuerdos. No olvida ese momento glorioso en que ganó el titulo nacional de los pesos medianos (160 libras) ante Luís Antonio Arias, y mientras lo evoca, una sonrisa se asoma al rostro ajado del enfermo boxeador. “fue un combate a muerte, creo que esta enfermedad viene de un golpe que recibí en esa pelea”.

Arias me dio un golpe en la cabeza que me dejó ciego, cuando se acabó round caminé para la esquina contraria… vale, ¡eso fue un leñazo!” Dice, mientras gana el combate con el plato que está en sus manos, por decisión unánime. “El arbitro quiso parar la pelea, mi entrenador era Pascual Sánchez –Jigüerita- quería tirar la toalla (abandonar) recuerdo en el tono que me gritó: “Arias es muy fuerte te puede matar”.

- “El no es más hombre que yo, voy a pelear”. Mientras habla, suelta el plato y aprieta los puños, se cubre el rostro como si esperará el sonido de la campana que marca el inicio del combate, para entonces explicar la combinación de golpes con la que venció a su oponente. “yo no veía, cuando él me iba a atacar mi entrenador Jigüerita me voceaba “ahí viene, ahí viene”,. hasta que con otro golpe en la cabeza recuperé la vista y le pude ganar, fue algo emocionante, en Maquiteria fui recibido como un héroe y al día siguiente estaba en todos los periódicos .”

Al ser cuestionado sobre su niñez nos dice que dejo la escuela antes de terminar el bachillerato, porque siempre lo que le gustó fue el boxeo. “Me inicié en el boxeo muy joven, tenía apenas 10 años, recuerdo que fue en el club Quisqueya de Villa Duarte, también practiqué en la Normal y en el gimnasio de Ramón Pina Acevedo, recuerdo que yo era flaco y largo, no pude pelear en el boxeo militar porque no le interesé a los entrenadores de la guardia por mi físico”.

Durante una carrera matizada de altas y bajas, conquistó del público muchos aplausos. “el boxeo es como todo en la vida, hay gente mala y egoísta que no miden el daño que pueden hacer a los demás”.

¿Quién te hizo daño?

Ante esa pregunta inclina el rostro, la mirada se pierde en las alturas como reclamando justicia divina. “ el culpable de que yo esté en estas condiciones es el Doctor Ramón Pina Acevedo, él y Horacio Bakemón Rodríguez manejaron mi carrera.

Don King ofreció un cuarto de millón de dólares por cinco peleas. No hubo acuerdo entre Bakemón, representante de Pina Acevedo y Don King, con el tiempo supe que el culpable fue Pina que dijo que Pecho Castro no podía ganar más dinero que él. En otra ocasión le ofrecieron 5 millones de dólares para enfrentarme a Thomas Hearn, la gente de Don King negociaron con Bakemón, pero cuando él hablo con Pina todo se derrumbó”.

Al cuestionarle sobre las razones de la supuesta negativa del señor Pina Acevedo, responde con la firmeza y coherencia que mantuvo durante el dialogo. “él no estaba conforme con el por ciento que le correspondía, dijo que Pecho Castro no podía ganar más dinero que él”.

Jesús –Pecho –Castro, uno de los más carismáticos boxeadores de nuestro país, durante su carrera acumula una foja de 50 victorias y 7 derrotas, 38 de los triunfos fueron por Ok, además, número 5 en el rankin del Concejo Mundial de Boxeo (CMB).

¿Cuáles fueron los rivales más peligroso que enfrentaste?

Con una sonrisa que mas bien era una fusión de ira contenida, impotencia y miseria, dijo: el puertorriqueño Sandy Torres que me mandó al hospital y el Dominicano Ramón Pina Acevedo, que convirtió una gallina de huevos de oro en lo que soy hoy”.

Ali, parlanchín, fanfarrón o simplemente Pecho Castro, sigue cada día parodiando sus combates por las instalaciones del Centro Olímpico, como en espera del campanazo de una pelea que casi seguro, no ganará.